jueves, 9 de febrero de 2017

Células fotovoltaicas bajo la piel para hacer funcionar implantes médicos


La luz que atraviesa esta superficie permite que produzcan la corriente eléctrica necesaria para que ande un marcapasos.


Un estudio realizado por investigadores dirigidos por Lukas Bereuter, del hospital universitario de Bern, en Suiza, ha concluido que implantar células fotovoltaicas bajo la piel de los pacientes sería un método viable para mantener en funcionamiento implantes médicos como los marcapasos o estimuladores cerebrales.
La ventaja principal del uso de células fotovoltaicas es que mantienen en funcionamiento los dispositivos implantados sin necesidad de pilas o baterías. Se eliminaría así la necesidad de recargar la batería a través de accesos o mediante inducción magnética (un método que no requiere contacto directo con la batería, que funciona esencialmente igual que la recarga de los cepillos de dientes eléctricos) y ya no sería necesario que el paciente se sometiera periódicamente a una intervención quirúrgica para reemplazar las pilas o para cambiar el dispositivo completo.
La intervención quirúrgica para reemplazar las pilas o el dispositivo es una opción muy habitual en la actualidad a pesar de que resulta costoso económicamente e incómodo para el paciente. Esta intervención, como cualquier otra, añade además cierto riesgo de que se produzcan infecciones u otras complicaciones médicas.
Los investigadores suizos han calculado que el tamaño óptimo de la célula fotovoltaica subcutánea es de 3,6 cm2. Esa superficie es suficiente para producir la energía eléctrica que se necesita para mantener funcionando un marcapasos común, y a la vez permite su colocación en el cuerpo del paciente, bajo la piel, sin que suponga un riesgo grande ni sea incómodo de llevar.

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